lunes, 17 de marzo de 2008

Petróleo e ideología


Desde que asistimos a la escuela primaria recordamos la manera en que nuestros maestros nos narraban o hacían que leyéramos la lección relativa a la expropiación petrolera, realizada por el general Lázaro Cárdenas del Río. Al tratar los maestros el tema de manera tan especial, los discípulos nos llenábamos de emoción y nuestra admiración crecía hacia el general Cárdenas, al mismo tiempo que se generaba en nosotros un incipiente nacionalismo.

A 70 años de aquel hecho y después de haber leído y enterarnos de todos los vericuetos y la trayectoria que ha seguido la industria petrolera en nuestro país, también nos emocionamos e interesamos ante el debate nacional que se está dando en estos momentos y que gira en torno a la supuesta necesidad de apertura a la iniciativa privada en áreas estratégicas de la mayor fuente de ingresos de nuestro país y que ha hecho que todo México esté pendiente de las posiciones que los partidos políticos, el Congreso de la Unión, la administración pública federal y los principales actores políticos asumen ante este dilema que coloca a los mexicanos en diferentes frentes de batalla y que hace que surgan actitudes moderadas, radicales y algunas fuera de todo sentido común: centro-derecha, derecha radical, centro-izquierda, izquierda moderada e izquierda radical.

Y no es para menos este debate histórico, pues “No olvidemos que en el sexenio de Fox cuando más dinero se recibió por la venta de petróleo. Fox obtuvo en su sexenio 335 mil millones de dólares y nada más de excedentes por precios altos del petróleo, en los últimos tres años, recibió 10 mil millones de dólares por cada año; es decir, hay dinero.

“Como ahora, al año pasado también por excedentes del petróleo, se recibieron más de 10 mil millones de dólares y este año lo mismo, porque se fijó un precio por barril, en la Cámara de Diputados, de 49 dólares y, como todos sabemos, se está vendiendo en 80 dólares.

“Ese excedente significa más de 10 mil millones y si todos esos excedentes se destinan a fortalecer la industria petrolera, con eso es más que suficiente.”

Ante esta situación, nos encontramos con la posición inamovible del presidente Calderón y todo su gabinete, apoyados por el Partido de Acción Nacional (PAN) y los sectores más retardatarios y retrógadas del país, que al fin y al cabo son lo mismo y que muchas veces no sabemos quiénes son expresión de quién, si los primeros de los segundos o viceversa.

Frente a ellos se encuentran los sectores progresistas, los que aún creen que es posible conservar a PEMEX como una industria nacional y que se encuentran agrupados en mayor o menor medida en la izquierda mexicana, sin que ingenuamente pensemos en un partido, en este caso el de la Revolución Democrática (PRD), sino en un ámbito mucho mayor aunque ellos se abroguen una representación que nadie les ha conferido y que están muy lejos ya de ostentar en estos momentos, desafortunadamente, a diferencia de cuando Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y otros crearon el Frente Democrático Nacional y después el PRD.

Lo anterior significa que además de una lucha partidista, de grupo de intereses, de actores políticos y de grupos financieros también debemos vislumbrar el debate en torno al petróleo como un encuentro ideológico que se da una vez más en nuestra patria, pues antes se han presentado otros pero éste resulta altamente emblemático: la izquierda frente a la derecha.

Vale la pena mencionar algo que se ha estudiado ampliamente, pero que se debe tener presente: la evolución social y la especificidad de los intereses e identidades grupales hace que al decir “derecha” e “izquierda” en realidad y en el fondo nos referimos a las derechas y a las izquierdas, pues en ambos existen corrientes, posiciones y diversos matices doctrinarios que los orientan y marcan.

Decir que estamos ante una lucha ideológica entre derecha e izquierda significa que estamos ante dos proyectos de nación, dos visiones del país, dos perspectivas del futuro de México, dos alternativas de acción colectiva, dos tipos de actuar político, dos sentidos sociales del quehacer individual y que no es la primera vez que sucede, pues en la historia de México periódicamente se ha presentado. También significa, desde luego, que estamos en una lucha por la democracia desde dos posiciones diferentes.

No desconocemos la postura de los ideólogos y politólogos que argumentan que hoy el binomio derecha-izquierda no es pertinente como marco para ubicar las relaciones políticas y tampoco los que postulan que no puede reducirse el pluralismo que caracteriza a nuestra sociedad a una simple dicotomía. La respuesta a lo anterior la tiene Norberto Bobbio que en su ya clásica obra Derecha e Izquierda, manifiesta “A pesar de que la díada sea continuamente rebatida desde distintas posiciones y con diversos argumentos, y con mayor frecuencia, pero siempre con los mismos argumentos, en estos últimos tiempos de generalizada confusión, los términos <> e <> siguen estando vigentes en el lenguaje político. Todos aquellos que los utilizan no dan en absoluto la impresión de usar palabras en balde porque se entienden muy bien entre sí.”

Bobbio, en su obra ya mencionada presenta la díada igualdad / desigualdad a la que superpone otra: carácter igualitarista de los actores / carácter no igualitarista de los actores. Desde esta visión la derecha sería no igualitaria y se opondría a lo que partiendo de una desigualdad natural, sea una igualdad social.

En México, la derecha una vez más asume su papel como partidaria de grupos de interés que únicamente buscan el beneficio de unos cuantos y se vincula a los grupos financieros internacionales que representan en estos momentos la grandes políticas neoliberales, como antes lo fueron los capitalistas a ultranza, los grupos conservadores, que tanto daño causaron a nuestro país.

En este debate, nos encontramos con una nueva derecha, que se hace visible y más dinámica que en otras etapas recientes, no únicamente como la que, se decía, se opone al progreso y al surgimiento y fortalecimiento de instancias democráticas. Es la derecha que defiende el individualismo, la libertad individual frente al estatismo; la que promueve la participación pero para mantener una distancia entre lo público y lo privado: Estado e individuo; y que propicia mecanismos como la educación para trasmitir y reproducir valores, jerarquías y tradiciones.

Tenemos en otro frente, a la izquierda con su acción política contraria al sistema, al status quo y que en nuestro país comprende partidos, corrientes, grupos, actores políticos y ciudadanos apartidistas.

Por otra parte, se encuentra la izquierda que únicamente identificamos con la que se agrupa en el PRD, que hoy aparece desdibujada, desintegrada, desarticulada y lo que es peor: aliada a la derecha a través de algunos de sus representantes, pues apuestan más a su beneficio personal que a los intereses del pueblo, escudándose en una actitud “moderada” que se dice necesaria en este momento, que después de un proceso electoral espurio tiene que buscar la legitimación de un régimen usurpador.

En este enfrentamiento debemos estar alertas para saber identificar a la seudoizquierda, que haciendo eco y resonancia de los lineamientos dictados por los organismos financieros internacionales que pasan por Los Pinos y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público han logrado cooptar a líderes que nunca nos imaginamos traicionaran al pueblo de México.

Este debate histórico nos hace ver en los escenarios políticos la lucha que por un lado agrupa y cohesiona a las derechas y, por otro, divide y pulveriza a las izquierdas, algunas de cuyas corrientes tratan de obtener las mejores prebendas y mayores beneficios, traicionando los ideales que alguna vez dijeron tener y las luchas populares que encabezaron hace apenas algunos años. Todo lo anterior, lleno de corrupción, traiciones, venta de información, cambio de bandos, filtraciones, deslealtades y cada vez más lejanas del pueblo, la ciudadanía, la sociedad.

Desde luego, la izquierda mexicana agrupada en el PRD, después de las próximas elecciones nacionales debe replantear sus principios, valores y postulados para darle paso a una nueva izquierda, a una izquierda democrática, una izquierda ciudadana que se fundamente en la solidaridad, inclusión, tolerancia y diversidad, que represente los derechos de la ciudadanía, que se vuelva a vincular a los movimientos sociales, a todos los sectores, de tal manera que se legitime y vuelva a contar con credibilidad y una nueva identidad. En caso contrario, su intervención en el debate en torno el petróleo como en otros y en diversas estrategias políticas será dispersa, contradictoria y sin consistencia, como en ciertos momentos ya ha sucedido.

En relación a la situación anterior, conviene recordar lo que Luis Villoro expresa en su ponencia-ensayo La izquierda como una postura moral: “La izquierda política no consiste en la adhesión a un sistema doctrinario. Las ideologías revolucionarias o reformistas se suceden, cambian y se enfrentan. Su vigencia depende del contexto histórico, su traza varía con los intereses de los grupos que las sustentan. Pero debajo de todas ellas subsiste una corriente vital permanente. Es una actitud común de disrupción ante la realidad social existente, que da lugar a una práctica transformadora; es, a la vez, negación de un orden dado y proyección de otro más racional y humano. Son esa actitud y esa práctica las que definen a la izquierda (…) En suma, la izquierda podría definirse por la actitud y la práctica sociales orientadas por una sociedad otra. Por eso una postura de izquierda es necesariamente crítica en la reflexión, disruptiva en la acción.”

Pero además de la izquierda agrupada en el PRD, como dice James Petras, existe “el surgimiento de una izquierda nueva, radicada en las nuevas fuerzas sociales del campo y los barrios pobres urbanos. No reniega del papel de los sindicatos urbanos, ni del de la clase media-baja que sufre las crisis, pero se centra en la primera fase de un proceso expansivo de acumulación de fuerzas de izquierda cuyo núcleo está en las zonas rurales. Estos nuevos movimientos campesinos, que combinan problemas de clase, étnicos, ecológicos y de género, trabajan en la formulación de un proyecto político coherente. Están dirigiendo su atención a la construcción de coaliciones urbanas y al establecimiento de alianzas con actores de las ciudades y de los sectores más estratégicos de la economía. Los nuevos movimientos rurales, aunque agrupan a productores económicamente marginales, son catalizadores políticos estratégicos. Los nuevos pensadores de estos movimientos buscan la manera de establecer lazos con la clase obrera, con los trabajadores de los sectores energéticos, agroalimentario, del transporte y de las manufacturas; sectores que aunque ahora son políticamente débiles continúan siendo económicamente estratégicos.”

La perspectiva ideológica del debate sobre la defensa del petróleo no implica que sea la única, pero si una perspectiva particular y específica, que no parcial, pues en
este enfrentamiento existe, desde luego, un fondo político, económico y sobretodo histórico: realineación de partidos políticos, la pugna entre Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador, oportunidad para el reposicionamiento del Frente Amplio Progresista, el marco legal en el cual se inscribe la explotación del petróleo, intereses financieros internacionales, una nueva plataforma mediática para El Peje, el resurgimiento de Cuauhtémoc Cárdenas, la política financiera neoliberal del PAN, intereses de actores políticos que piensan en el 2012, entre otros aspectos.

Lo deseable es que este debate salga a la calle, deje los ámbitos cerrados y salga a la academia, los sindicatos, organizaciones no gubernamentales, grupos juveniles y que toda la ciudadanía opine, dialogue y emita su propuesta.


sábado, 8 de marzo de 2008

DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Ante la proximidad de mesas redondas, homenajes, foros, actividades partidistas y actos oficiales con motivo del Día Internacional de la Mujer nos vemos motivados para reflexionar acerca de esta conmemoración que a través de los años que se ha venido realizando se ha desgastado y en muchas ocasiones sirve más para el lucimiento de quienes la organizan y no para fomentar de manera real y efectiva la dignificación de la mujer, al defender sus derechos fundamentales y pugnar por políticas públicas con perspectiva de género.

En estas celebraciones ya nos acostumbramos a escuchar los “avances” de la mujer en diversos ámbitos públicos, como los son la economía, la educación y la política. También, a enterarnos de cifras que pintan un panorama halagador y que hace estallar a quienes las escuchan en los actos políticos en aplausos y reconocimiento a quien se supone es hacedor de ello.

En estos actos escuchamos disertaciones sobre teorías, enfoques y diversas perspectivas acerca de la mujer. Se habla de feminismo, género y políticas públicas con perspectiva de género. Se citan autores, nombres de mujeres famosas y se reconoce, a veces muy merecidamente, las aportaciones de diversas féminas.

Pero si bien muchas mujeres, principalmente las que viven en las ciudades, tienen algo que celebrar o se ven involucradas en festejos de un dia o dos, miles de otras en todo el planeta no tienen mucho o nada que celebrar, pues su condición personal, familiar y social no es precisamente la deseable. Nos referimos a las del ámbito rural, indígenas, desplazadas, migrantes, a las que sufren agresiones intrafamiliares, las que no tuvieron oportunidad de acceder a la educación en sus diversos niveles y que tienen que luchar dia con dia para sostenerse y mantener a sus hijos, madres solteras, a las mujeres con trabajo temporal.

Y aunque parezcamos aguafiestas no podemos dejar de mencionar algunos datos de aspectos que bosquejan la situación de la mujer en diversos ámbitos del planeta: Objetivos del Milenio, equidad de género, participación política y paridad.

En el Informe de 2007 de los Objetivos de desarrollo del Milenio la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en cuanto al objetivo 3 “Promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer” manifiesta que “La participación de las mujeres en política va en aumento, si bien se trata de un aumento lento. En enero de 2007, las mujeres representaban en todo el mundo un 17 por ciento de los parlamentos y cámaras bajas, frente a un 13 por ciento en 1990. Sin embargo, tan sólo 19 países contaron con al menos un 30 por ciento de mujeres parlamentarias. Ruanda sigue estando a la cabeza en este sentido, y está muy cercana a la paridad con un 49 por ciento de los escaños parlamentarios ocupados por mujeres. A este país le sigue Suecia y Costa Rica, donde la representación femenina es de un 47 y 39 por ciento respectivamente. En el otro extremo, algunos países no cuentan con ninguna mujer en el poder legislativo. En las elecciones 2006 en las Islas Salomón y Tuvalu, no salió ninguna mujer elegida para la cámara baja del parlamento.

“A nivel global, el acceso de las mujeres a puestos de liderazgo político también está en aumento. En marzo de 2007, había 35 mujeres presidentes en el parlamento (una cifra nunca alcanzada hasta el momento) incluyendo, por vez primera, a Gambia, Israel, Swazilandia, Turkmenistán y EE.UU. Por el contrario, no se ha observado una tendencia positiva en la cantidad de mujeres en las más altas esferas estatales o gubernamentales. Trece mujeres eran jefes de estado o de gobierno en 2006, en comparación con las 9 del año 2000 y las 12 de 1995. Una cantidad récord de mujeres asumieron este cargo máximo en el año 2006 –seis en total- en Chile, Jamaica, Liberia, la República de Corea y Suiza; y en Israel como presidente interino.”

Por su parte el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de la Mujer (UN-INSTRAW) manifiesta que “En México, de 1995 al 2001, el promedio de presidentas municipales ha sido de 3.6%, en números absolutos durante esos siete años, 85 como mínimo a 95 como máximo, de un total de más de 2.400 municipios. Una investigación del Instituto Federal Electoral (IFE), con el sugerente título de El poder deshabitado, encontró que un 40% de los ayuntamientos del país en el año 2001, se ubicaban en la categoría 1 de total supremacía masculina.”

“La participación como regidoras de mayoría relativa y de representación proporcional, síndicas, tesoreras y secretarias del Ayuntamiento, entre 1995 y 2001 en promedio fue de 21.4%, con un mínimo de 20.6% y un máximo de 22.5%. Esto significa que la presencia de la mujer en los cargos municipales aumenta en proporción cinco veces más cuando no se trata del cargo ejecutivo de alcaldesa. En cuanto a las síndicas, por los tres principales partidos políticos, en el 2001 sólo representaron 4.9%.”

No podemos dejar de mencionar lo que señala el Informe de la X Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe “El aporte de las mujeres a la igualdad en América Latina y el Caribe” en lo relativo a “La paridad como objetivo democrático” que expresa: “Los derechos ciudadanos de las mujeres y su representación política en el contexto actual permiten plantear la paridad como un objetivo democrático posible en la medida que se resuelvan las tensiones y disputas en el espacio de poder. La desvitalización de la soberanía no siempre coincide con la búsqueda de gobernabilidad (Butler, 2006) y es posible que la tarea que enfrentan las mujeres consista en producir un salto en la historia, captando adecuadamente la constelación de actores que actúan en ella.

“Para la filosofía Sylviane Agacinski (1999), la paridad es un nuevo concepto de la diferencia de sexo y una nueva concepción de la democracia. La demanda de paridad refuta la supuesta neutralidad, reconoce la diferencia entre los sexos sin jerarquizarlos y plantea que la responsabilidad pública atañe igualmente a hombres y mujeres. Ser mujer constituye una de las dos maneras de ser humano. Para Agacinski, aunque las mujeres no sean en esencia distintas de los hombres, constituyen una categoría social y cultural distinta, debido a su tradicional exclusión del poder. Por ello, como mujeres, requieren una inclusión deliberada en el ámbito de la política. Aceptar la paridad conduce a una más exacta representatividad de la ciudadanía.”

En cuanto a nuestro ámbito local, debemos recordar la creación del Instituto Veracruzano de la Mujer (IVM) el año pasado, al frente del cual se encuentra una mujer preparada como profesionista y como activista social, quien precisamente el pasado dia martes 4 en una rueda de prensa dio a conocer algunos datos dignos de ser considerados a la hora de celebrar pasado mañana el Día Internacional de la Mujer.

Martha Mendoza Parissi expresó que “Veracruz ocupa el lugar 19 a nivel nacional en materia de violencia, destacando que 6.2 de cada 10 mujeres sufren algún tipo de violencia.” Más adelante, agregó que “el 40.3 por ciento de las personas del sexo femenino han sufrido violencia a mano de sus parejas –sea marido, cónyuge o novio-, además que el 23 por ciento de las mujeres han sufrido violencia psicológica, el 12 por ciento violencia sexual y un 30 por ciento violencia física.”

También, la directora del IVM mencionó que “el 90 por ciento de las mujeres se encuentra en el sector comercio y servicios, y que el 45 por ciento del millón y medio de mujeres que tiene 15 años o más, se encuentra en los sectores de mayor pobreza.” De igual manera expresó que “el 70 por ciento de la mujeres asalariadas perciben hasta dos salarios mínimos, lo que implica que 7 de cada 10 mujeres veracruzanas perciben hasta 2 mil 500 pesos.”

Pero más allá de teorías sobre género, sexualidades, equidad y derechos humanos pensemos en la situación nada favorable que viven miles de veracruzanas y en apoyar con nuestra confianza y respaldo las actividades del IVM, nueva institución que con una titular y dos consejos: social y consultivo, juega ya un papel decisivo en el desarrollo de Veracruz, a través de sus acciones focalizadas hacia la mujer. Sus propuestas de políticas públicas con perspectivas de género merecen el apoyo de la sociedad. Es el mejor homenaje que podemos rendirle a nuestra esposa, madre, hija, amiga, maestra, alumna o vecina.







Sugerimos visitar en blog http://www.eperezroque.blogspot.com/ en la categoría: Obra “La diversidad cultural vista desde Veracruz” los artículos “Mujeres y derechos culturales: doble discriminación y exclusión” (5/III/06) y “Mujeres y migración internacional” (24/XII/06).