Zona Roja
Se conoce como zona roja, también distrito rojo, barrio rojo, zona rosa o zona de tolerancia, a una zona, barrio o distrito en donde se concentra la prostitución u otros negocios relacionados con la industria del sexo. Se conocen algunos orígenes del término que datan de los años 1890 en los Estados Unidos que se asocian a la utilización de luces rojas para que los clientes pudiesen identificar la naturaleza de los negocios. Uno de los varios términos utilizados en Japón para referirse a los distritos rojos es akasen, que literalmente significa "línea roja", cuyo origen es aparentemente independiente de los términos occidentales. En las diferentes culturas las zonas rojas son identificadas de formas diferentes, siendo el más común "zona de prostitutas” ahora también de prostitutos.
En nuestro conocido café en el centro de la ciudad, de nuevo nuestros amigos comentaban entre otros temas, que con los varios centenares de prostitutas clandestinas que operan entre Xalapa y Banderilla, sin ningún control sanitario; con otro tanto de travestidos que pululan en los lugares ya conocidos, que tienen acceso a los bares y cantinas que también por docenas funcionan, con todos los permisos y pagos de impuestos que estos giros negros exigen. Con los bailes populares, donde se dan cita prostitutas, travestidos, marginados y hasta vendedores de pericos; con la actitud de algunos taxistas-alcahuetes, que por una lana extra le consiguen carne joven al parroquiano de casa o foráneo y hasta tal vez el carrujo. En este universo, donde campean las enfermedades venéreas y el SIDA, por el "lujo" que se permiten dar las y los que en este mar navegan, hacen de fácil contagio a menores de edad en sus actividades en una prostitución tempranera, que en poco tiempo comienzan los abortos en las chavitas y los jovencitos, con los humos naturales de la drogadicción... En este marco denigrante de vileza en que se desenvuelven nuestras ciudades, es importante no hacer oídos sordos a la propuesta de tener una zona de Tolerancia en nuestra ciudad capital y su área conurbada.
Ciertamente la prostitución es un fenómeno social antiquísimo proveniente de la pobreza y la necesidad de los hombres de satisfacer la libido y, ésta en nuestra ciudad ya existe desde hace muchos años en las casas de masaje y en antros, las autoridades se hacen de la vista gorda, reciben pagos a cambio de no hacer nada. Van menores de edad a esos lugares que están bien identificados por las autoridades.
No entiendo aún a quienes se oponen a tal medida ¿A qué le tienen miedo los antizonistas que esgrimen argumentos (que ya no encajan en nuestra época) para oponerse al alcalde respecto a la Zona Roja?; no por ser nuestra ciudad la número uno en carecer de zona de tolerancia toquemos dianas y fanfarrias; ¿en qué lugar estamos respecto a las incidencias de SIDA?; Lo cierto es que las buenas costumbres de que hacíamos gala los xalapeños (Nacidos y Adoptados) se han visto trastocadas por el empuje de la prostitución en nuestra ciudad, de cuyos efectos no se han percatado los antizonistas. Nos permitimos sugerirles, en buena onda, a nuestros Presidentes municipales (con mucho respeto), que echen mano de una comisión de gente capacitada, para que verifiquen cómo funcionan esos antros en varias capitales y qué restricciones tienen. Esto es exclusivamente tarea de la autoridad; para nada se tiene que consensuar al pueblo; lo importante es tener en lo posible un control de esas actividades en las áreas citadinas.
Desconozco el proyecto que se planea, si es que de verdad existe, porque ni siquiera lo han dado a conocer, pero tengo que decir, que todo esto me hace pensar que todos los antros, bares y cantinas de la ciudad serán reubicados, pero léanlo bien, todos, nada de que tal antro nice no porque entonces las niñas fresas van a tener que viajar mucho para divertirse, o este centro botanero tampoco porque lo frecuentan los diputados, tendrá que ser sin distinción alguna.
Tal vez con la zona de tolerancia se controle más el vicio, pero también no hay que perder de vista el lado peligroso; no sea que en vez de medio solucionar el problema, se vaya a agravar”. “Si bien se necesita una zona exclusiva para esta actividad, yo no veo en la zona conurbada, un espacio que se pueda destinar para esto. Ojala y los presidentes municipales pudieran encontrar ese espacio para poder regular la actividad”, porque tampoco quiero pensar que sólo pretenden esto para deshacerse de problemas sociales y llevarlos al cinturón pobre, a las zonas marginadas, donde nuestros gobernantes piensan que ese tipo de cosas no causan problema en estos lugares.
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