Eduardo Pérez Roque
“Por su contribución a la creación y preservación de la urdimbre educativa, cultural y económica de nuestras sociedades el libro desempeña en ellas funciones múltiples y fundamentales.
“Obra del ingenio humano protegida por el derecho de autor que alimenta el patrimonio inmaterial de la humanidad, el libro es al mismo tiempo una mercancía y esa dualidad se ha puesto de relieve y analizado en diversas ocasiones. De ahí que el libro sea el eje de toda una cadena de actividades y profesiones generadoras de ingresos y un componente importante del desarrollo económico”.
Las anteriores palabras forman parte del mensaje que con motivo del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, el próximo dia 23, ha emitido Koichiro Matsuura, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (UNESCO). En esta ocasión se ha designado a la ciudad de Amsterdam como Capital Mundial del Libro 2008, después de que lo han sido Madrid, Alejandría, Nueva Delhi, Amberes, Montreal, Turín y Bogotá. Para esta celebración se asumió el lema “Amsterdam, un libro abierto”
En relación a esta celebración conviene comentar dos aspectos vinculados al libro: uno que es la lectura y otro un tópico de su marco jurídico en México. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Lectura (ENL) que presentó el 27 de octubre de 2006 el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM el promedio anual de libros leídos es de 2.9, que si bien rebasa el anterior de 0.5 libros, no constituye ningún avance significativo. En cuanto al promedio nacional de libros leídos, Veracruz, incluido en la región sur de la ENL se encuentra abajo de la media nacional, ya que en nuestra entidad sólo se leen 2.6 libros anualmente.
Otro aspecto a considerar con motivo del próximo día 23 es que el pasado día 1° las fracciones parlamentarias de la Cámara Alta del Congreso de la Unión presentaron en primera lectura la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, que fue vetada por el entonces Presidente Vicente Fox en septiembre de 2006. En este caso, la actual Comisión de Cultura del Senado presentó un dictamen en el que se conservan la mayoría de las disposiciones vetadas, entre ellas el precio único del libro.
En este dictamen, la Comisión de Cultura refuta en su totalidad las observaciones que Vicente Fox hizo y señalan de manera clara y precisa que establecer el precio único al libro, no significa que se violente el sistema jurídico constitucional ni se constituirán prácticas monopólicas.
Esta medida, como ya lo señalamos en otra ocasión, tiene como objetivo que el precio único sea respetado por toda la cadena de comercialización y que de esta manera contribuya a erradicar prácticas discriminatorias, ya que ejemplares de una misma edición se venden a precios diferentes. También, con esta medida se aumentará la oferta de títulos no incluidos en los acervos bibliotecarios y que resultan inaccesibles por su alto costo en centros de venta del interior del país.
Otra finalidad del precio único es “potenciar el mercado editorial a todo el territorio nacional y que en la competencia se tomen en cuenta aspectos como variar el catalogo, localización, surtido, servicios personalizados y ubicación de los puntos de venta.”
Mucho se podría seguir escribiendo acerca del libro, como son los aspectos del bajo nivel de lectura en nuestro país, las industrias culturales, los factores que influyen en la disposición para la lectura en nuestro país, la calidad de los libros que se leen no como tarea obligatoria sino como una actividad lúdica, el tiraje de los libros, la política pública para incrementar la lectura y otros.
Y como ya lo manifestamos en otra ocasión, el próximo día 23, meditemos en la relación que mantenemos con este objeto, símbolo de la cultura y el saber de la humanidad. Pero además, regalemos un libro, ¿a quién? sobrará a quienes; ¿cuál? ¡hay muchos y para todos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario